El inspector Kurt Wallander atraviesa uno de los momentos más sombríos de su vida cuando tiene que ponerse al frente de una ardua investigación: el asesinato de un matrionio de ancianos en una granja de Lenarp.
Mankell aprovecha la novela para hacer una crítica de la sociedad nórdica, una sociedad cerrada, que no está acostumbrada a convivir con extranjeros y que los responsabiliza de los problemas que tienen