Su pasado ha sido un infierno, cargado solo de angustia. Sin embargo, él es el único que podrá enseñarle qué significa vivir. Abbi Jenkins nunca imaginó que un día saldría de entre los muros de la institución mental en la que ha vivido durante un año. Pero ello no significa que haya olvidado lo que allí ha sucedido. Abbi sabe que la única manera de combatir la depresión es a través del ballet, que más que una afición es su sueño. El ballet –y la escuela de artes Julliard– se convertirán en su razón de ser. Blake Smith salió de Londres por una sola razón. Cuando llega a la ciudad de Nueva York, jura que cumplirá la promesa que un día hizo a su hermana: entrar en Julliard. Blake será emparejado con Abbi en clase; en ella ve un dolor que ya ha visto antes, y por ella luchará para salvarla de sí misma.