Leon siempre ha cuidado de la gente que tenía a su alrededor y de los árboles de su parque. Ahora, lejos de su isla de Bruny natal, al sur de Tasmania, el joven deberá encontrar su lugar en el mundo, hacer amigos y descubrir su objetivo en la vida. Su nueva vida entre hombres duros que se dedican a la tala de árboles no será fácil. Leon crea nuevos lazos de amistad con Max, un niño acosado por sus compañeros de colegio, y Miki, una chica que anhela ser libre y escapar del yugo de su hermano, que la condena a vivir recluida y sin poder moverse con libertad. Cuando los intereses de su nueva comunidad choquen con la conservación de un eucalipto milenario, Leon deberá decidir qué significa ser un buen hombre.
Miki va a cumplir dieciocho años y nunca sale de casa; su hermano controla si vida hasta que algo hace que todo cambie. Me gustó mucho la forma de describir
los paisajes convirtiéndolo en una auténtica oda a la naturaleza.