Una obra surrealista, contenida de erotismo revulsivo, en donde la protagonista transgrede en todos sus actos cualquier norma de comportamiento sexual admitido, deseo, pecado, placer que se castiga con la muerte por ser el placer fruto del mal.
En ella confluyen, por un lado, la mejor prosa en clave surrealista de este gran novelista, ensayista y poeta francés y, por otro, la esencia de su obsesiva preocupación por el sexo, la muerte y la fe -su fe- que configura, en realidad, gran parte de su obra.