A Jeremy Greymont le gusta disfrutar de la vida, sin preocupaciones, con mujeres anónimas que no significan nada para el y un buen whisky escocés. Hasta que su abuelo le pone un ultimátum: debe casarse y concebir un heredero lo antes posible.
Me encanta esa escritora. Sabe cómo crear personajes grises y situaciones dramáticas sin llegar a ser pesada. Todo las situaciones fluyen y el romance se siente real. Un libro que tengo el placer de tenerlo en mí biblioteca