Esta no es una historia de terror ni un cuento típico de Navidad, es más que eso: es una historia de amor para cualquier día del año. ¿Quieres saber por qué? Abrígate hasta arriba y prepárate para la gran nevada. La noche de la gran nevada mi tío taló con su hacha, uno a uno, los sauces que había plantado junto a la cabaña. Y la nieve, que cubría todo el valle, se tiñó de la sangre que brotaba de sus manos astilladas. Ahora, años más tarde, he decidido contar lo que ocurrió aquella Nochebuena...