Flora Hansen se considera a sí misma una médium capaz de comunicarse con los muertos. Tras el terrible asesinato perpetrado en una casa para chicas problemáticas, empieza a tener visiones demasiado reales. Asustada, llama a la policía, arguyendo haber visto un fantasma. Solo un detective dejará a un lado su escepticismo para escuchar lo que Hansen tiene que contar: Joona Linna. La explicación del homicidio parece obvia: una de las muchachas escapó en mitad de la noche, dejando tras de sí una cama ensangrentada y un hacha bajo la almohada. Pero, entonces, ¿por qué Hansen insiste en que el arma