De la manera más sarcástica y artística posible, Jonathan Swiff nos dejó este relato lleno de sorpresas, viajes, descubrimientos y reflexiones. Una profunda crítica a la sociedad humana, que nos permite entretenernos, meditar en quienes somos realmente y qué es lo verdaderamente valioso en la vida.
Es una crítica contra la sociedad y la condición humana, a la vez que una parodia del subgénero literario de los «relatos de viajes», tan común en la ÉPOCA. Lo disfruté mucho.