Camba no pasó por alto en sus columnas las penurias y rutinas del oficio de periodista. Esos artículos -muchos de los cuales aparecen reunidos en este libro por primera vez- configuran una suerte de antimanual desmitificador y desternillante. Estas Maneras de ser periodistas son, a su manera, una declaración estética y vital, y, por encima de todo, un ajuste de cuentas contra "el miserable que inventó la imprenta".