Esquiva y salvaje como la misma Lanzarote, una mujer impresionó a Arozarena durante su estancia en la isla: «Tal negro ciprés. Amada tea o cuervo en vertical, la vieja permaneció allí plantada un buen rato... Pero en la parte alta de aquel árbol requemado, algo surgía incandescente aún; algo como una brasa encendida surgía de aquellos ojos negros, árabes, jóvenes y hermosos». Con esta impresión primera, construye Arozarena el personaje central de su novela Mararía; una mujer de belleza deslumbrante cuyo destino está marcado por la fiebre y la pasión. Unos personajes inquietantes que se retuercen entre el silencio, el asombro y el dolor; una atmósfera brutal, en la que lo mágico y lo misterioso amplifican y constituyen la realidad. Publicada por primera vez en 1973, en pleno boom de la nueva narrativa canaria, el autor consigue que tradición, mito y renovación literaria florezcan con la fuerza de sus metáforas. Obra de gran repercusión en la sociedad canaria, es de las pocas q...