Leah es solo un juguete. Como prostituta en el club “Diosas Salvajes” no tiene derecho a sentir, únicamente obedecer. Pero todo cambia cuando su jefe decide que esa noche es distinta. No atenderá a sus clientes habituales sino a alguien aterrador: Dominick Garlick Sin, un Devorador de pecados. Y, a pesar del miedo inicial al verle en el reservado, no puede evitar sentirse atraída. Él es diferente, es la personificación del miedo y, a su vez, la de la provocación. Dominick decide ir una noche más al club “Diosas Salvajes” con uno de los novatos que entrena. Las reglas son claras: nada de sexo. Debe mantener una conversación con una de las chicas y alimentarse de sus pecados.El destino le tiene preparado un cambio radical a su vida. Mientras espera que la sesión del novato llegue a su fin, una asustada humana de ojos azules entra en el reservado. Es una más de las chicas y, a su vez, distinta a todas. ¿Qué tiene de especial? Hasta sus propios poderes deciden manifestarse para s...