Ha pasado casi una década desde el final del libro anterior, y los hijos de Ana ya se han hecho mayores, todos excepto Rilla, quien a sus quince años es una joven coqueta, de encantadora sonrisa e irreprimible entusiasmo, cuya única ilusión es acudir a su primer baile en el faro de Cuatro Vientos. Ana y sobre todo Gilbert, están preocupados por la falta de expectativas de su hija menor y por el hecho de que su única preocupación sea divertirse. Pero el mundo de sueños e ilusiones de Rilla, comienza a resquebrajarse la misma noche del baile, cuando la sombría música del Flautista comienza a sonar, arrastrando todo lo que conoce y ama hacia el abismo de la guerra. Pronto sus amigos y hermanos se marchan a los frentes europeos, sus hermanas estudian en la universidad o se alistan como enfermeras de la Cruz Roja, mientras Rilla se queda sola en casa con sus padres. Sin embargo a medida que la guerra avanza Rilla comienza a madurar, crea la organización de la Cruz Roja Juvenil en ...