Vivir, amar, espíritu libre, iluminar, advertir a Jesús vivo… ¡ese es el espíritu del santo de copas! El mundo necesita de esos cristianos. Los cristianos debemos llegar con y por nuestros amigos hasta las puertas del infierno; más allá no, porque en el infierno no es posible amar a Dios. El templo