Entró en mi pastelería, compró una tarta de cereza, robó un jarrón de flores y me dejó su tarjeta de visita. Antes de decirte lo que hice con la tarjeta de visita, debería dejar algo claro:
William no podía haber aparecido en peor momento:
Mi pastelería iba cuesta abajo, era una virgen de 25 años...