La trama, que va enredándose a medida que aparecen víctimas mientras que el policía se va quedando sin aire en la búsqueda de un hilo que seguir, está bien estructurada y gana interés ante la inminente resolución del caso. Libro más que recomendable.
La policía de Los Angeles, ante el escalofriante panorama, pide ayuda a Alex Delaware, psicólogo especializado en perseguir maníacos homicidas pero, a pesar de sus refinadas habilidades, se siente frustrado cuando ocurren otros abominables asesinatos sin aparente conexión entre las víctimas.