Su nombre lo dice; crianza respetuosa. Ayudar al niño desde la empatía, calma, respeto, a entender qué está bien o mal. Después de eso no hacen falta golpes ni gritos. Cuando le gritamos a un niño, por supuesto tendrá miedo. Si le explicamos que es hr de hacer tal cosa, lo hara contento y tranquilo.