Los dos ríos más grandes de Islandia en volúmen (Þjórsá y Ölfusá) solían fluir en una sola corriente hasta la costa. Pero eso cambió hace 8700 años cuando la erupción de un volcan cambió su rumbo. Es increíble cómo la naturaleza interactúa consigo misma, y se reinventa ante tales eventos.