Melodie Nakachan, con 5 años no era una niña elegida al azar, era la hija de la cantante Kimera, aún desconocida, y de Raymond Nakachian, el adinerado financiero libanés. Era la primera vez que Kimera no acompañaba a la niña al colegio. Raymond no ha perdonado a su hijo por no evitar el secuestro.