Este hombre es una especie de Chéjov coreano, el que se quede en lo superficial podría pensar que no ocurre nada, pero ocurre MUCHO. Lo adoro, la verdad. De mis favoritos sin duda. Estoy segura de que si veis alguna película suya querréis vivir dentro de ella. Acabaréis deseando beber soju, eso sí.
