El abuelo ha dejado de hablar, pero nadie de la extensa familia Solé sabe la razón. Como cada verano, en Alcarràs, una pequeña localidad rural de Cataluña, la familia cultiva una gran extensión de melocotoneros.
Simplemente mágica. Cómo algo tan simple y a la vez profundo puede sumergir tanto al espectador hasta el punto de hacerle creer que tan solo han transcurrido unos minutos hacia el final del film. Impresionante.