Mientras Corey sale de prisión tras cumplir condena en una cárcel francesa, Vogel, un criminal custodiado por el temible comisario Mattei, escapa del tren en el que viajan. Después de robar a un antiguo socio, Corey se encuentra con Vogel y le propone formar equipo para realizar un meticuloso robo de joyas.
Probablemente la mejor película de atracos que hay. El manejo de la tensión es brillante, te la pasas al borde del asiento todo el tiempo. Muy buenas actuaciones. La dirección de Melville roza la perfección. La secuencia del robo es asombrosa.