Arturo Viaplana ha fallecido, pero desde la muerte tiene una broma preparada para su familia. Tras el fallecimiento del patriarca, sus hijos acuden a la lectura del testamento, todos ellos pendientes de la fortuna descomunal de su progenitor. Pero Arturo no ha querido escoger al heredero de todas sus riquezas, ha preferido reírse de ellos desde la tumba. Sus descendientes se enfrentarán entre ellos en un juego montado para ver quien es su digno heredero. Su familia no solo heredara su mansión, también descubrirán su mejor secreto.
Los herederos de una mansión tendrán que enfrentarse a un gran juego orquestado por su difunto patriarca que expondrá algo más brutal que su ambición, el secreto mejor guardado de la familia.