Las vacaciones en la playa de una mujer madura toman un giro oscuro cuando comienza a obsesionarse con otra mujer y su hija, lo que la obligará a tener que enfrentarse a problemas de su pasado y de su primera maternidad.
Trata un tema delicado, la maternidad como pérdida de libertad y el no deseo de continuar ejerciendo de madre para recuperar tiempo y espacio. El final es ambiguo.
Ese pegamento invisible entre causas y efectos se hace visible de un modo tan sutil gracias a la intuición de la cámara y la enorme interpretación de Olivia Colman, que hace resaltar el filme.