Florencia es una estudiante de fotografía, muy joven y está sola. Con una madre ausente y un padre absorbido por una relación intensa con otra mujer. Su manera de soportar una realidad que no tolera, son las drogas y el alcohol. Ante su comportamiento extremo y rayano con el delirio, su padre, en un manotazo de ahogado, la envía a vivir con la madre a la localidad costera de Arenas Verdes. Allí, Florencia pondrá en jaque el vínculo con su madre pero también conocerá a Sebastián. El amor inconfeso los unirá, pero los fantasmas de las adicciones de Florencia la perseguirán hasta el punto de poner en riesgo su vida. El viaje recién empieza.