Tras la muerte de su padre, Sam (Chris Pine), un veinteañero, debe enviar 150.000 doláres a Frankie (Elizabeth Banks), una hermana alcóholica de la que no sabía nada, y a su hijo, un problemático niño de doce años incapaz de controlar su temperamento.
Tras la muerte de su padre, Sam un veinteañero, debe enviar 150.000 dólares a Frankie, una hermana alcohólica de la que no sabía nada, y a su hijo, un niño de doce años con problemas e incapaz de controlar su temperamento.