Durante más de seis años, Simón el estilita ha hecho penitencia manteniéndose en pie sobre una columna. Un devoto muy rico le regala una columna mejor, y Simón realiza el milagro de devolverle las manos a un mutilado. Durante varios días, mientras Simón sigue haciendo penitencia, el diablo se le aparece y trata de hacerlo caer en la tentación.
Simón es uno de los estilitas que proliferan en Egipto al inicio de la Era Cristiana, santos o ascetas que, sobre lo alto de una columna, oraban en medio del desierto. Así pasa 14 años en los que le suben la comida con una cuerda.