Un tiránico y manipulador productor de cine que ha caído en desgracia pide ayuda a un director, a una actriz y a un guionista a los que ayudó a triunfar, pero que tienen sobradas razones para detestarlo. Los tres le reprochan su falta de escrúpulos para alcanzar el éxito sin reparar en las personas a las que traicionaba o engañaba.
Me aburría al principio, pero a medida que avanza la trama, Kirk Douglas consigue engancharte hasta el final. Me fastidia ciertas cosas, pero estamos hablando de los años 50...