Historia de un neo-nazi (Gosling) que también resulta ser judío. Danny Balint estudia en una escuela judía de Nueva York. Al mismo tiempo, su popularidad crece dentro de círculos neofascistas, hasta convertirse en un admirado líder. En su interior se desarrolla una personalidad paralela; por un lado, se está formando como rabino, estudiando la Torah y enseñando hebreo; y por el otro, ataca a los judíos... Judaísmo ortodoxo y antisemitismo radical se combinan en esta alabadísima producción premiada en Sundance, ópera prima del guionista Henry Bean (Internal Affairs, 1990).
Sin ser la mejor película sobre la temática neonazi, sí nos da una buena probada de las dotes actorales de Ryan Gosling, además de darnos la historia de origen de un neonazi más creativa y más inesperada que podríamos imaginarnos.