Nunca te cansas de ver mi rostro avergonzado Tú hablas y hablas y no se te olvida el pasad. Acaso yo te pregunto cuántos te besaron Me pasaría la vida triste y amargado Mejor me acuesto tranquilo pensando que te amo Si acaso hubiera podido escoger mi destino Desde mi primer latido habría ido contigo