Nunca he sido un lobo feroz, yo siempre fui ese patito feo. Que se escondía bajo un caparazón guardaba su corazón y que creía en los cuentos. Y ahora que ya me he hecho mayor, no soy un cisne soy aún más feo, ya no me queda nada de corazón ahora soy depredador de cada presa que veo