Guissepe Tartini soñó que desafiaba al diablo a tocar algo en su violin, el diablo aceptó y le tocó a Tartini una pieza. Al despertar, Tartini intentó tocar lo que había escuchado en su sueño. Hoy en día es su mejor pieza, pero él asegura que no le llega ni a los talones a lo que escucho en su sueño