Asombra muchísimo al vermo desde fuera. Vivo en la propia capital y estoy relativamente acostumbrada.Pero aún así siempre me sorprende ,porque se ve desde muy lejos,y junto a los amaneceres todavía es más bonito.
Tiene dos accesos: uno para la misa, que sería la puerta de la izquierda mirando a la fachada, y la de la derecha para poder ver a la virgen del Pilar. Se sitúa en una gran plaza con unas bonitas vistas y cercana al río Ebro.