Es un edificio del siglo XVI, lo que la convierte en una de las catedrales más antiguas del país. Originalmente fue erigida como convento de la Asunción, de la quinta fundación franciscana en México. Se estableció en 1525.
Si llegan a encontrarse con algún guía que cuente con identificación no duden en pedirles un tour, a veces no cobran más que una propina. Vale totalmente la pena, puesto que les explica toda la historia que se alberga en este lugar.