Ubicado a tan solo 15 km. de la capital hondureña, este bosque nublado es el hogar de una enorme variedad de especies de aves, entre las que destaca el majestuoso quetzal. También se puede practicar senderismo, ciclismo, escalada y rapel.
Uno de los espacios dedicados a la conservación, preservación ecológica y mantenimiento del potencial hidrológico del país. Al visitarlo te maravillarás con los paisajes y la diversidad de flora y fauna que habitan en él y eso lo convierte en uno de los atractivos naturales de Honduras