Un día fui con unas amigas que llegaron de fuera de la ciudad y pedimos cada quien su porción de alitas pero !BOOM! Las mías estaban crudas! Que se me quitó el apetito y el gerente de sucursal salió a pedir perdón y me regaló varios postres como disculpa, Desde entonces no he vuelto a ir. Exp.⭐️⭐️⭐