Deja que desear. El servicio rápido, la comida cutre, tirando por lo bajo. El pulpo más duro que el martillo de Thor, y el rebozado de los calamares no es a la Romana, es una costra de hormigón. Las croquetas muy ricas, caseras eso sí, pero llegaron frías y de jamón ibérico nada. Y muy caro