Es de esas cafeterías bonitas y acogedoras. Hacen todo tipo de pasteles caseros, batidos, tés, cafés. Te pedirías todo lo que hay en la carta. Lo mejor: dentro de la cafetería hay una pequeña terraza donde te dejan mantitas por si hace frío mientras meriendas
Para desayunos, almuerzos, meriendas o un “simple” café, y pongo entre comillas porque a parte de su magnífica carta siempre te aconsejan cosas nuevas o variaciones. Trato del personal súper cercano y amable. Todo casero. Merece muchísimo la pena 😍