Vale la pena alejarse del centro de la ciudad para comer en este restaurante en el corazón del Pedregal. En un ambiente sumamente relajado, Édgar Núñez, que trabajó en El Bulli y Noma antes de regresar a México, sirve platillos sencillos pero deliciosos.
El lugar es espectacular, sin duda el arquitecto tenía clara la atmósfera que quería crear en sus diferentes áreas. Hay un menú de la semana que cuesta alrededor de mil pesos. Un tanto costoso, pero está padre que puede ir acompañado de un maridaje de jugos o vinos.