Un asesino en serie se aprovecha del interés mediático por sus asesinatos, manipulando a sus víctimas, policías y medios de comunicación, convirtiendo los asesinatos en un espectáculo mediático.
Un mediático asesino en serie crea un espectáculo nacional, alimentando los cotilleos y la notoriedad, mientras que un fiscal sin pelos en la lengua jura resolver el caso, sólo para darse cuenta de que las cosas no son lo que parecen. 8/10