Si el primer día de trabajo siempre es difícil, imagina si tu labor es confeccionar vestidos para las mujeres de los oficiales nazis del campo de concentración en el que estás confinada…
A sus catorce años y en su primer día de trabajo, Ella se adentra en un mundo de sedas, tijeras, alfileres y bordados. Pero ése no es un taller de costura normal. Ni las suyas son clientas corrientes. 😉👌