Cada que estoy triste lo releeo. Es una historia ligera y bonita que sin duda te hará reír y creer en el amor de nuevo. Quizá hasta te inspires a dibujar como Rosalie.
Una de mis grandes amigas -Sara Granda- lo dijo una vez atinadamente: “te lleva a lugares que no imaginabas, despierta emociones que no conocías”. Una historia mágica, simple y con un toque de realidad que resulta alcanzable.
Más como París es siempre una buena idea
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