Anna Fitzgerald no está enferma, aunque pudiera parecerlo. Con apenas trece años de edad ha soportado innumerables operaciones, inyecciones y transfusiones para que su hermana mayor Kate pueda de alguna manera sobrevivir a la leucemia que la aqueja desde su niñez. Anna, al ser genéticamente compatible con su hermana, fue la candidata idónea para ser la donante del transplante de medula de Kate, asumiendo así un papel que nunca cuestionaría sino hasta ahora. Como la mayoría de los adolescentes, Anna está comenzando a plantearse quien realmente es. Pero a diferencia de los demás, ella siempre ha sido definida en función de Kate. Es ahora cuando Anna toma una decisión que ante los ojos del mundo no es más que impensable, una decisión que desgarrara a su familia, atrayendo quizá fatales consecuencias para su hermana a la que tanto ama. Se trata de una provocadora novela que presenta una serie de planteamientos éticos importantes. Por la vida de mi hermana no es solamente la histo...