En los tiempos de la Roma Antigua (a finales de la República y comienzos del Imperio) a pesar de sus pequeñas dimensiones, se convirtió en la fortaleza-prision donde se encerraba a los enemigos del Estado.
Debajo de la iglesia de San José de los Carpinteros (San Giuseppe dei Falegnami) del siglo XVI, se haya una húmeda mazmorra en la que estuvo encerrado San Pedro, según cuenta una vieja leyenda cristiana.