Para los medios y la justicia, Arnold y Jesse Friedman, padre e hijo, eran simplemente el peor tipo de criminal posible: violadores de menores. Pederastas, Lo curioso es que los Friedman eran documentalistas tan inconscientes como compulsivos: hasta sus peores momentos estaban grabados en vídeos.
En 1987, el profesor Arnold Friedman y su hijo, Jesse, son acusados de crímenes sexuales en contra de menores.