Daniel y el señor Miyagi viajan a Okinawa, a la pequeña aldea en la que el anciano nació y de la que tuvo que marcharse por un asunto de honor. Su padre está gravemente enfermo y quiere verlo, pero también le espera su antiguo amor de juventud. La llegada del señor MIyagi reabre unas heridas que el tiempo y la distancia parecían haber borrado.
Daniel acompaña a Miyagi a su tierra natal, Okinawa, y allí aprende cosas sobre el pasado secreto de su maestro. Además, el regreso de Miyagi reavivará su vieja enemistad con Sato y arrastrará a Daniel a un choque de culturas y combates.