El restaurante es brutal, muy bonito y muy bien situado en la playa de Sant Pol al lado de las casitas de colores. También esta muy bien ir a hacer el aperitivo en la terraza!!
Paellas muy buenas con vistas al mar. Es un pelin caro pero si podéis no dudéis en ir. Las vistas son increíbles y la comida muy buena. Sino también tienen una zona de chill out donde podréis solo tomar algo.