«-¡Mierda, tengo treinta años! ¿De verdad que son treinta? No es posible. ¡Algo ha tenido que salir mal! -gritó Rita mientras intentaba sin éxito levantarse de la cama». Rita acaba de cumplir treinta años y se siente afectada por un extraño trastorno, la adolestreinta, que hace que reviva a nivel físico y mental su etapa adolescente. «Ya soy demasiado vieja para morir joven y dejar un bonito cadáver.»