Loki ha convocado a sus hijos y a sus bestias para que desciendan al Midgard y lo destruyan por completo, para hacer cumplir la profecía del Ragnarök. Los pocos guerreros de Odín que quedan en pie se encuentran en minoría, luchando con uñas y dientes, hombro con hombro contra un ejército del mal que llega en tromba y que parece no tener fin. La Tierra se descompone, sangra y se agrieta, y ante este paisaje desolador, incluso las nornas han dejado de tejer. Sin embargo, cuanto más oscura es la noche, señal de que el amanecer está más cerca. En la última jugada de ajedrez, dioses con los que no se contaba, moverán sus fichas y demostrarán su grandeza. Un vanirio al borde de la locura y una berserker perdida entre las sombras del olvido tienen en sus manos una última misión: ayudar a la última barda real de los Nueve Mundos a que cumpla su cometido. Ellos son la única esperanza que le queda al Midgard. Ha llegado la hora de la verdad. Odín y Freyja lo saben, y son conscientes de...