¿Por qué es tan fácil identificarse con Og Mandino cuando se leen sus obras? Porque de la abundancia del corazón habla la boca y Mandino tiene el corazón lleno de un sentimiento humanístico de la vida. Aun sin proponérselo lo comunica a sus lectores como se difunde una luz que ilumina senderos internos antes recónditos o un calor que renueva y resucita energías profundas a punto de extinguirse.