«Me gustan los libros que me hacen sentir. Este es uno de ellos. Son palabras y claros, atajos y piedras, un puente sobre el río que habla del corazón como aquel que lo conoce y lo admite como verdad dentro del aparato humano. Israel de Arcos es uno de aquellos dotados para narrar las aventuras y desventuras del pecho porque, en realidad, no es amor lo que se poetiza aquí, sino la experiencia vital de amar y ser amado, mucho más profunda que lo que actualmente se entiende por amor».Almudena Anés